martes, enero 25, 2011

Bichos [mata-tiempo]

 


De la tristeza y la comida

Alguna vez siendo niña, mi abuelito entro a mi habitación para visitarme porque estaba enferma. Cuando llegó estaba comiendo un montón, creo. Sí debía ser un montón porque desde que recuerdo como cantidades. Y mi abuelo que es sabio no por ser mi abuelo sino por viejo y guerrero, dijo exclamando: mijita yo la veo muy bien, enfermo que come no muere.


La tristeza es para el alma lo que el cáncer al cuerpo, pero no debe ser tan grave, aún sigo comiendo y en cantidades.

Buen provecho!

lunes, enero 24, 2011

Proceso Digestivo

Ya he comido mi sopa de clavos, mi pan de munición,
pan con zarazas,
ya tragué mi ración de raíces y venenos
y mastiqué juiciosamente todo lo que pusiste en mi plato.
...Mira que buena soy. Ya me he comido todo.
Por mi garganta en sangre comienza ya a subir
un borbotón de palabras hinchadas.
Poema de Piedad Bonnett

domingo, enero 23, 2011

Sobredosis

No puedo dormir.


Quizá tenga una sobredosis de coca-cola ó
                                                                de pensamientos.



El meñique



Alguna vez deseé con mucha intensidad que él me tomara de la mano.
-    Ese día estábamos los dos en un bar, bueno no éramos dos.
Pensaba: si quisieras tomarme de la mano sólo me bastaría con el meñique
-    Aún sigo pensando en lo mismo… sólo me basta el meñique

Nunca en ningún lugar

-Otra vez armando maletas.

Ya me había acostumbrado al olor, a la altura de la cama y al reguero de cosas (de otros) que adopté mientras dormía.


De razón que la definición de lugar diga cosas como: espacio ocupado o que puede ser ocupado por un cuerpo cualquiera, sitio o paraje, tiempo, ocasión, oportunidad, sitio que en una serie ordenada de nombres ocupa cada uno de ellos.

Serán unos 100 Kilos la vida en estas maletas y recorriendo cada cosa, recuerdo este poema:

No sabes lo que llevas
en tu valija. Cuando la abras
volarán golondrinas
y murciélagos a los que harás cantar
para espantar el miedo. 
(Piedad Bonnett)

Todo a medias


Algunas veces como esta quisiera tener una pasión como esa la del "escocés volador" que rompió el record mundial dos veces (me vi ayer la película y cuando no sabes nada de cine como de ninguna otra de esas baratijas, todo te deja pensando).

Pensaba en las pasiones de las personas que conozco: la de él siendo periodista, la ella colgando de una tela, la de él escribiendo, la de ella con los jóvenes, la de él leyendo, la de ella coleccionando, la de él con fechas y datos curiosos, la de ella con lapiceros de colores, la de él con sus viajes, la de ella con los clips, la de él y los pinceles, la de ella y el teatro, la de él y los no derechos, la de ella y el papel, la de él y lacan, la de ella y las mujeres, la de él y los animales, la de ella y las fotos, la de él y África, la de ella y dios, la de él y los agujeros negros, la de ella y las monedas chinas, la de él y las preguntas, la de ella y las luciérnagas, la de él y los cigarrillos, la de ella y cuba, la de él y la naranja mecánica, la de ella y las agujas…

Quisiera encontrar alguna cosa que hacer, que suscitara en mí esa sensación de no querer dejar de hacerla nunca, que no me aburriera, que no me agotara, que no me dejara. Estoy por creer que la pasión te encuentra y no viceversa- tiene que acostumbrarse a ti, sentirse cómoda y entonces decidir no abandonarte.

Todo va quedado a medias, como este post, como este blog.

sábado, enero 22, 2011

La muy perra

En ciertas ocasiones
la vida nos demanda mezquindad

Es -pareciera decirnos-
un acto de justicia

Una manera sana
de respirar en medio del fastidio

de no ofrecer la otra mejilla

Pero
¿qué tal si optamos por la benevolencia

por ir limpios y ufanos
celestiales?

Innobles son los tratos que la vida propone
Escoge
-nos ladra la muy perra-
entre tu bilis negra y tu soberbia

En: Las Herencias. Colección Palabra de Honor. Madria: Editorial Visor Poesía. 2008

domingo, enero 09, 2011

Cuerpo y textura [mata-tiempo]


Regalo de navidad


Y volviendo a los escritos de mujeres, en navidad recibi un hermoso regalo: el libro de poesía completa de Alejandra Pizarnik.
La mayoría no los entiendo, es mucha abstracción para mi llana cabeza. Sin embargo, no dejo de leer uno tras otro, porque me encanta encontrarme versos como estos:

Tal vez esta noche no es noche,
debe ser un sol horrendo, o
lo otro, o cualquier cosa...
¡Que sé yo! ¡Faltan palabras,
falta candor, falta poesía
cuando la sangre llora y llora!

A. Pizarnik. Noche. En: Poesía Completa. Argentina: Lumen, S.A. 2010

Dos canciones de silencio

[la imagen perfecta de este post, seria esa que recuerdo dulcemente, antes de apagar la última lucesita de la noche]


I

Oye cómo el silencio
Se hizo de repente
Para nuestro amor

Horizontalmente.

II

Confía en el amor
Apenas
En nada más.
Calla
Escucha
El silencio nos habla
Más íntimamente
Oye
Sosegada
Cómo el amor
Deshoja el silencio

Deja para la poesía las palabras.

V. De Moraes. Para vivir un gran amor. Buenos Aires: Ediciones de la Flor. 1972

Para vivir un gran amor

La mayor parte de los libros que he leído han sido escritos por mujeres.
¿Por qué?
Porque cuando dejas de creer en dios, te aferras a la humanidad como encontrando respuestas de eso que quieres ser y no ves en ti. Eso me pasa. Busco en todas esas mujeres de los libros, recrearme e imaginar que soy alguna de ellas. La que yo elijo.
Nunca me había encontrado con un libro escrito por un hombre para los hombres. Ellos tienen la mala fama de no expresarse entre ellos los sentimientos. Como soy una mujer enamorada anhelaria construir un gran amor.
Aunque me gusta mucho este texto del cual pondré algunos fragmentos, me gusta más como termina. En el amor, la apuesta siempre es de dos, pero en esta apuesta los dos ganan. (que cursi me pongo)

Para vivir un gran amor se necesita mucha concentración y mucho tino, mucha seriedad y poca risa - para vivir un gran amor.
Para vivir un gran amor es menester ser hombre de una sola mujer; pues serlo de muchas, ¡pucha! es fácil... -no tienen ningún merito.
Para vivir un gran amor, primero es preciso consagrarse caballero y entregarse a su dama por entero, sea como fuere.
Hay que convertir el cuerpo en una morada donde se enclaustre a la mujer amada, y luego apostarse afuera con una espada- para vivir un gran amor.
... Para vivir un gran amor, en realidad, hay que compenetrarse de la certidumbre de que no existe amor sin fidelidad -para vivir un gran amor. Pues quien traiciona a su amor por vanidad desconoce la libertad, esa inmensa, innombrable libertad que supone un solo amor.
Para vivir un gran amor es muy, muy importante vivir siempre juntos y hasta ser, en lo posible, un solo difunto, para no morir de dolor. Es necesario cuidar permanentemente, no sólo el cuerpo sino también la mente, pues la dama acusa cualquier mezquindad y el amor se enfría un poco.
... Pero todo esto no sirve de nada si en esta oscura y alocada selva no supiere hallar a la bien-amada - para vivir un gran amor.

V. De Moraes. Para vivir un gran amor. Buenos Aires: Ediciones de la Flor. 1972

lunes, enero 03, 2011

Engaño

No eres tú el que me engaña;
quien me engaña es mi sueño.

Alfonsina Storni