sábado, septiembre 04, 2010

Sobre medidas


Un segundo es la duración de 9 192 631 770 oscilaciones de la radiación emitida en la transición entre los dos niveles hiperfinos del estado fundamental del isótopo 133 del átomo de cesio (133Cs), a una temperatura de 0 K.

Gris II

 Como pesa el gris de estos días-
Una tormenta en el mar
es un escenario
donde todo calla.

Esta tarde
el gris es un color violento,
un negro sin bordes,
desatado.

No hay voz, no hay cuerpo,
sólo imagenes lentas,
un sonido que quiebra el aire
de este lado de la ventana.
Marcelo Pichon Rivière

viernes, septiembre 03, 2010

La llorona

Hoy conversábamos con Beluna y con Lucimara, sobre las mujeres hermosas que tenían México y Brasil. Beluna contaba que en México tenían una de las mujeres bellas más famosas: La llorona. Escuchando el mito, recordaba los miedos de mi niñez y me decía, que bueno hubiese sido escuchar esta otra historia: La llorona esta condenada a llorar y a vagar por no querer ser madre. Contaba Beluna, como las feministas en México habían reivindicado a esta mujer que, encarna en el mito de la llorona, todo el desprecio que la sociedad patriarcal tiene por estas nuevas formas de expresión de lo femenino. Por qué no se me había ocurrido antes.

La mujer que llora, Picasso.

La leyenda de la Llorona nace donde se fundó la ciudad de México, lo que hoy conocemos todos como DF, o Distrito Federal.
Se dice que existió una mujer indígena, muy hermosa, que tenía un romance con un caballero español. Fruto de esta pasión, nacieron tres niños, que la madre atendía siempre en forma devota. Cuando la joven comienza a pedir que la relación sea formalizada, el caballero la esquivaba, quizás por temor al que dirán. Dicho y hecho, un tiempo después, el hombre dejó a la joven y se casó con una dama española de alta sociedad. Cuando la mujer se enteró, dolida y totalmente desesperada, asesinó a sus tres hijos ahogándolos en un río. Luego se suicida por que claro, no soporta la culpa.
Desde ese día, se escucha el lamento lleno de dolor de la joven en el río donde esto ocurrió. Luego de que México fuera establecido, comenzó un toque de queda a las once de la noche y nadie podía salir. Es desde entonces que dicen escuchar un lamento cerca de la plaza mayor, y que al ver por las ventanas para ver quien llamaba a sus hijos de forma desesperada, veían una mujer vestida enteramente de blanco, delgada y que se esfumaba en el lago de Texcoco. Ver