martes, julio 20, 2010

Viceversa

 -Especial sobre Bicentenario de la Independencia de Colombia-

La historia del pueblo colombiano es la historia de la lucha por el territorio, como la historia de todos los pueblos del mundo. Entre historia e historia, se encuentran esas otras que se entretejen. Esta: la historia de la unión de los oprimidos contra sus opresores y viceversa.

Antes de la Independencia

El primero de febrero de 1782, un poco antes del alarido independista se cumplía esta macabra orden:
“condenamos a Joseph Antonio Galán a que sea sacado de la cárcel, arrastrado y llevado al lugar del suplicio donde sea puesto en la Horca hasta que naturalmente [cursivas mías] muera, que bajado se le corte la cabeza, se divida su cuerpo en cuatro partes, y pasado el resto por las llamas (para lo que se encenderá una hoguera delante del Patibulo) su cabeza será conducida a las Guaduas. Teatro de sus escandalosos insultos; la mano derecha puesta en la plaza del Socorro; la izquiera en la Villa de San Gil; el pie derecho en Charalá, lugar de su nacimiento; el pie izquierdo en el lugar de Mogotes; declarado por infame su descendencia, ocupados todos sus bienes y aplicados al Real Fisco; asolada su casa y sembrada de sal, para que de esta manera se dé al olvido su infame nombre, y acabe con tal vil Persona, tan detestable memoria, sin que quede otra que la del odio y espantoso que inspira la fealdad del delito!"
H. Rodriguez, 1973. Elementos criticos para una nueva interpretación de la historia colombiana. Bogotá: Editorial Tupac-Amaru Ltda. Pág. 74


Galán fue uno de los líderes de la revuelta de los comuneros que demandaban reivindicaciones socioeconómicas al gobierno colonial. El importante papel del protagonista de ésta historia fue el haberle imprimido el sello de la lucha de clases a la insurrección, por lo cual, no tardaría mucho en representar un gran peligro para éste gobierno y ser considerada su lucha por sus derechos como un delito. La historia oficial y no, nos ofrece una larga lista de ejemplos como éste.

Después de la Independencia [de 1810]
 
El 18 de Agosto de 1989 fue asesinado en plaza pública Luis Carlos Galán, líder popular y candidato por el partido liberal a la presidencia de la republica de Colombia de 1990. Galán creía que la soberanía se encontraba en el pueblo y no la nación. Aunque en la actualidad un general del ejercito colombiano esta implicado en el asesinato, su crimen sigue impune.


Cuando éste Galán murió yo tenía unos seis años y recuerdo a mi madre y a mi padre sentados en ese sofá azul que tanto me gustaba. Los dos estaban llorando, moviendo insistentemente la pierna de mi madre le preguntaba: ¿Por qué lloras? Ella insistió en que no me preocupará, que un señor muy importante había muerto y que por eso estaban tristes.

Bicentenario

El 20 de Mayo del 2010 fue asesinado el líder campesino Rogelio Martínez Mercado, miembro del Movimiento Nacional de Victimas de Crímenes de Estado. El motivo de su asesinato se encuentra en el centro de su labor incansable: la defensa del derecho del retorno a su tierra, él como otras muchas familias fueron despojados de sus tierras y desplazados por los grupos paramilitares que operan en la región Norte del país.


Después de pasados doscientos años de independencia de la mala madre España, me pregunto como otros, independencia de qué. Ésta torpe síntesis de uno de los hilos de nuestra historia me lleva a pensar que quizá la independencia necesaria sea la del principio ético que se encuentra anquilosado en aquellas formas como las de 1782, formas heredadas de nuestros colonizadores, y reivindicar aquellas muchas otras:

En memoria del periodista y humorista político Jaime Garzón, asesinado en 1999 por un grupo paramilitar de Colombia, menciono aquello que él expresó en su caricaturesca pedagogía en una conferencia dictada a estudiantes universitarios.

Garzón proponía el cambio del artículo 12. de la Constitución de Colombia que reza lo siguiente: “Nadie será sometido a desaparición forzada, a torturas ni a tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes” [Tradición europea] por la traducción que hace de éste artículo el pueblo indígena Wayuu: “Nadie podrá llevar por encima de su corazón a nadie ni hacerle mal en su persona aunque piense y diga diferente” [Tradición originaria] solo con el aprendizaje de este artículo dirá Garzón, será suficiente para hacer del país Colombia, “un país mínimamente más agradable”.

1 comentario:

Javier Quintero dijo...

Tragedia y comedia; un teatro con sus actores y fantasmas, una ficción en donde aparece la repetición; en la historia, en nuestra historia, en este teatro algo se repite, pocas veces un buen chiste, muchas veces el dolor. Lo dramático, la indiferencia.