Cuando no existían aún la tierra, ni las aguas, ni el aire, ni la luz, ni el
viento, ya vivía la diosa Kuma en un lugar de anchas sabanas bordeadas de
plantas gigantescas, por donde galopaban animales fabulosos. De este lugar
habitado por seres resplandecientes, que está en la lejanía, más allá de donde
el Sol se oculta y aún mucho más allá de donde la tierra se confunde con el
cielo, llegó Kuma con las manos extendidas y vestidas como un piache, aunque sus
galas eran con mucho más hermosas. Con ella vinieron también Puaná, la gran
culebra; Itciaci, el jaguar, y Kiberch, que es el dueño del fuego y vive en una
caverna donde nunca llega la luz.
Ashe, revista sobre los Orishas
Entonces mi alma se llenó de piedad. Imaginé la primera mañana del tiempo, imaginé a mi dios confiando el mensaje a la piel de los jaguares, que se amarían y se engendrarían sin fin, en cavernas, en cañaverales, en islas, para que los últimos hombres lo recibieran. Imaginé esa red de tigres, dando horror a los prados y a los rebaños para conservar su dibujo. En la otra celda había un jaguar; en su vecindad percibí una confirmación de mi conjetura y un secreto favor.
J.L. Borges
Bestia sensual pintada con el color del sol,
de brillantes ojos, imagen del eterno caminante,
representante del poder sexual, guerrero,
dador de la primera simiente, hijo del sol.
A.Grass
2 comentarios:
que bueno nena! son tus dibujos?
me encantó la frase de Borges.
Siii son los animalitos que hago, je...
A mi también me gusto mucho esa frase.
Besos
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