"Surge la tarea de recuperar el silencio como momento de reflexión pre-discursiva. O como reflexión en sí misma, sin mediar la comunicación y, por esto mismo, constitutiva en tanto raíz del en sí mismo del sujeto en su esfuerzo por erguirse ante el mundo. El silencio, ese momento de asomo al mundo que perturba lo que se sabe del mismo, pero que contiene la subjetividad más profunda" Hugo Zemelman, 1998, p.141.
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