A tu lado llegué a ser la mujer que más temía.
Me descubrí lejana, extraña, ajena... Dejé de que creer que existía.
Después de todo he llegado a la conclusión de que se “es” tanto en el deseo como en la negación. O quizá la negación en sí misma sea una suerte de deseo o también quizá, la acción de ocultar “el lado oscuro del corazón”.
No hay culpas solo existen contingencias.
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