ADENTRO: Mi amigo Favio, correntino y profesor de folclore argentino, al ser un gran conocedor de la expresión corporal, es un descubridor por excelencia de mis estados de ánimo. Cada vez que la tristeza ronda mis lares, él exclama: “joi ¡baila para levantar el espíritu!, ponete una chaca que levanta hasta los muertos”.
SEGUNDA: Ha sido frecuente hallarme mirándome a los ojos y encontrarlos con muy poco brillo, como poco brillo tiene mí espíritu. Así que he pensado en una listica de cinco cosas para hacer, que me provocan esa felicidad en minúsculas, a manera de relámpago, esa felicidad ilumina el cielo negro atormentado. Estoy dispuesta a probar la hipótesis de que haciendo repetidamente esas cinco cosas durante un tiempo determinado, lograré la “sensación” (léase de nuevo la última palabra) de estar (no ser) feliz.
AURA: Seguida del sueño profundo, una de las cosas que ocupa el cuarto lugar en mi lista, es bailar. Así que por recomendación de mi querido amigo he aquí chacarera!.
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