Una duda neurótica iba caminando por ahí, iba de traje y con sombrero, goterones de agua azulada comenzaban a caer intempestivamente lavando el amarillo pálido de la tarde.
Buscando un lugar donde protegerse se encontró con el corazón de él y le habitó… El corazón de ella que andaba muy cerca, comenzó a sentir un aire helado, buscando con la mirada como si el aire tuviera algún color. Halló el corazón de él y observó quedadamente, largamente, calladamente… vio como se iba poniendo gris de a poco… y más gris… en un abrir y cerrar de ojos, el aquel candente rojo había desaparecido. El corazón de ella miraba en el afuera los goterones azulados… repasó todo el paisaje y exclamó ¡Ay, a dónde has ido rojo!
-Rojo ha de ser el único color del cual no viste la tristeza.
Buscando un lugar donde protegerse se encontró con el corazón de él y le habitó… El corazón de ella que andaba muy cerca, comenzó a sentir un aire helado, buscando con la mirada como si el aire tuviera algún color. Halló el corazón de él y observó quedadamente, largamente, calladamente… vio como se iba poniendo gris de a poco… y más gris… en un abrir y cerrar de ojos, el aquel candente rojo había desaparecido. El corazón de ella miraba en el afuera los goterones azulados… repasó todo el paisaje y exclamó ¡Ay, a dónde has ido rojo!
-Rojo ha de ser el único color del cual no viste la tristeza.