Que existen dos clases de experiencias del dolor: esa que se siente en el cuerpo y esa otra que se siente en aquello que no es cuerpo, que digamos se podría llamar por ahora alma. Tras haber estado expuesta a la experimentación de dolor (objetivo) por una lesión física de mi cuerpo, específicamente en una glándula ubicada en esa parte del cuerpo con la que suelo tener una relación cercana y han de llamar vagina entre otras muchas formas de acuerdo a su distribución geográfica (la de la vagina), tengo la evidencia que estas dos experiencias del dolor van siempre juntas. Cualquiera que aparezca primero va seguida de la otra.
Después de sentir mucho dolor y acto seguido tener esa sensación de desvalida y tristeza de un solo color, expreso tres cosas (siempre hay tres):
- Pese a renegar insistentemente de la ciencia médica (de lo cual no hablaré ahora) el segundo día de mi internación en el que me practicaron un procedimiento que procuraría la disminución paulatina de mi dolor, después de que todos se fueron (enfermeras, médicos y amads), cuando la habitación se oscurecía y la lluvia comenzó a escucharse del otro lado de la ventana, sentía que no había mejor lugar en el mundo que ese. lamento que existan médicos que teniendo el poder que le otorga el conocimiento para sanar sean en su persona tan miserables. En mi mundo ideal como diría búho, no existirían médicos (de esos médicos).
- Que parece que están muy distantes el rostro y la vagina. Pues a nadie pareció importarle el nombre con que se identificaba el rostro que quedaba justo en su sentido contrario. Si pudiera ilustrar la escena, dibujaría rostros de muchos colores alrededor de una gran vagina reposando en una diminuta cama.
- Uno se siente tan impotente ante el dolor, uno se siente tan ¡impotente! …
Para aquellos lectors interesads: mi vagina y yo estamos mejor ahora. Sin embargo, aún seguimos meditando sobre el dolor y esas cosas...
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