martes, diciembre 29, 2009

El Diablo que era europeo

Con la llegada de los españoles a Potosí, también llego el diablo al cerro rico.


Nos encontrábamos con mi compañera de viaje haciendo un recorrido guiado por una de las famosas minas de Potosí, entre la oscuridad y el olor a tierra, nos hallábamos preocupadas por nuestra seguridad y la de nuestros compañeros. Pensaba, mientras caminaba entre el barro y las estrechas paredes de roca firme, en los largos siglos de explotación de la montaña y sus habitantes. Al final del recorrido, lo mejor de la experiencia, José nuestro guia nos llevo por un corredor que tenia un color rojizo muy particular, era distinto de los otros pasajes por los que habíamos transitado. Al final del corredor, se encontraba una escultura, que media aproximadamente un metro de largo, era de color rojo, con cachos negros, facciones fuertes, al igual que sus extremidades y un gran genital que llamaba la atención de los visitantes masculinos. José nos invitó a sentarnos y como un experto narrador, nos contó la creencia que se había originado en aquel lugar hace cinco siglos.

La creencia en el Tio o diablo de las minas, comenzó como una estrategia de los españoles para llenar de miedo los corazones dueños de la mano indígena que trabajaba dentro de las minas, que a cambio de trabajo forzado evitaban los castigos diabólicos. Luego de muchos años, el equilibrio presente en la cosmogonía indígena de la mal llamada América, transformo este ser diabólico, en el Tio protector de los mineros. Los mineros cada primer viernes de mes a través de ofrendas de cigarrillo, hoja de coca y alcohol piden al Tio la protección necesaria para su vivencia dentro de las minas, al final del mes se le paga al tio con ofrendas por lo recibido. Pero el Tio es un ser que da y quita, es posible que los minerales escaceen o no sean de buena calidad, porque también es posible que las acciones de los mineros no sean dignas de la abundancia. Cuenta también la creencia que las mujeres de los mineros no pueden entrar a las minas porque la pachamama se pone celosa. Cada minero entra en una relación sexual con la pachamama cada vez que este entra a la mina, ya que el Tio que es el dueño de la mina y a la vez también minero, toma posesión de sus otros compañeros mineros y los invade con su espíritu. Diablo y pachamana en una constante relación fecunda que provee las riquezas del cerro potosino.

José dice: ¿Alguna pregunta?


3 comentarios:

Javier Quintero dijo...

Vaya historia!! me causó mucha gracia.
Pero por otra parte no pude evitar recordar la descripción que hace Galeano de la "suerte" de esa tierra en las "Venas abiertas..."

Joice dijo...

Así es, muy triste salí de ese cerro... Nuestro guia termino su historia, contando la triste historia. Beso

Isaac Loayza dijo...

"que llamaba la atención de los visitantes masculinos"... será? No dudo que la haya llamado... pero sólo a ellos? sólo Dios (o este caso, el diablo) sabe.