lunes, febrero 22, 2010

Gris

El gris en algunas ocasiones embellece, por ejemplo cuando llueve.

Credito foto: Javier Caride 
Los días grises no se hicieron para pensar, los pensamientos se mojan y son escurridizos, no puedes centrarte en uno por mucho tiempo, porque al poco rato ya no lo ves, se ha resbalado sin remedio en uno de esos charcos dejándote todo el rostro salpicado.

Hoy fue un día gris como de esos que me gustan, ha de ser que me gustan porque no me dejan pensar. El agua comenzaba a entrar por mis ojos y mis circunvoluciones empezaron a humedecerse, así que solo me quedo escampar en el libro del momento, oh sorpresa, sus hojas hablaron de nubes. 

“Por más espesas y negras que estén las nubes sobre nuestras cabezas, el cielo allá arriba estará permanentemente azul, pero la lluvia, el granizo y los rayos les caen siempre a los de abajo”
Comillas en: J. Saramago, 2000. La caverna. Argentina: Alfaguarda. 


2 comentarios:

Janeth Del Carmen Restrepo Marín dijo...

Saramago....Siempre sorprende. Ayer también fue para mí un día gris, pero me toco pensar...Pensar en ¿por qué se hace daño y por qué la humanidad tiende a deshumanizarse? Mi respuesta fue que quizás nos hemos acostumbrado a que un acto de violencia es repondido con un acto de violencia mucho mayor... pero en medio de todo la lluvia, el granizo y los rayos de sol que nos caen desde arriba nos roban sonrisas y nos recuerdan que la vida continúa...

Javier Quintero dijo...

La reflexión de Saramago me hizo recordar una frase de Neruda "eres como la noche silenciosa y costelada". Respecto al no pensar, estar en silencio y costelarse, en el caso de Saramago sería azularse, es interesante recordar el pienso luego existo de Descartes, puesto que ha sido un lastre que ha todos nos pesa, sino miren a Hamlet; por esto Lacan llega a decir, cuando pienso, no existo.