Pariente en línea recta ascendente de una persona, del latín progenĭtor que significa “procrear”. Sus sinónimos: engendrar, ¡propagar!, reproducir.
Si hay algo en lo que uno no tiene arte ni parte es en su propia creación. Somos producto del arte y la parte de nuestros progenitores y no necesariamente de sus decisiones.
Especulando un poco, creo que mucho de lo que somos tiene que ver con el momento en que nuestras dos células madres se fecundaron, léase células madres, sustantivos femeninos, lo que indica que si fuéramos hechos de palabras, tendríamos más de femenino que de masculinos.
[Arte] Cuando digo momento, me refiero a la descripción de los hechos, imaginemos todas las formas posibles (lo sé son muchas), una noche ebria, una noche oscura, una luna, un día con sol, con lluvia, sin lluvia, calor, frio, con cama, sin luz, con luz, indigestión, digestión, amor, salida, error, accidente, sed, húmedo, seco, hambre, primero, segundo, tercero, tristeza, nostalgia, alegría, aburrimiento, tedio, rápido, lento, arriba, abajo, con música, con ruido, con voces, con humo…
[Parte] El momento procurará la parte que se propagará del progenitor y dicho sea de paso la palabra propagar es su sinónimo más cercano, pues no solo obtenemos la parte de los que solemos llamar padre y madre, sino la parte de cada momento de todos nuestros anteriores parientes directos.
Si la imaginación te alcanza, vuelve hacer el ejercicio… finalmente esa es la creación. Creación: obra de arte muy laboriosa.
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4 comentarios:
Me dejaste pensativa...Ahora tocará preguntarle a mí mamá cómo fué ese acto de creación cuyo resultado es esa laboriosa obra de arte que soy yo...Gracias por generarme dudas existenciales a estas alturas de la vida. Por tu culpa tendré que ver sonrojarse a mi hermosa madre cuándo le pregunte: ¿mamá cómo me hicieron papá y tú? Ahora entiendo qué significa esa pregunta cuando la hacen los inteligentes niños: no preguntan por el acto sexual, preguntan por el momento en que se conviertieron en una obra de arte.
Que lindo comentario Janeth, me gusto!
Sí. Al respecto de las preguntas de los niños(as), siempre he dicho que las preguntas llegan hacer tontas cuando nuestras respuestas lo son.
Me parece que le haces un buen cambio a lo que se suele decir: "a preguntas necias oidos sordos" es decir: a preguntas "tontas" una respuesta tonta. Yo también soy de las que piensan que no hay preguntas tontas, acepto, eso sí, que hay preguntas que o no se saber hacer o se hacen en un momento no oportuno.
Excelente post. Lo asocié con la pelicula de W. Allen "todo lo que quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevío a preguntar", especificamente el corto del hombre-maquina, con la conversación de los espermatozoides y el sacerdote como generador de la culpa.
La sexulaidad... nosotros no queremos saber que no hay saber sobre la sexualidad.
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