sábado, febrero 13, 2010

El muerto

No todos los muertos son iguales.

Ayer en una de esas charlas de amigos con pretensiones de arreglar el mundo, comentábamos esto de que al muerto hay que reconocerlo por su rostro. El tema de conversación estaba alrededor de los jóvenes torturados y asesinados en las dictaduras militares en argentina, posteriormente la información mediática, se encargo de hacer de esos jóvenes unos chicos normales, hijos, estudiantes, jóvenes -sin rostro. Sin embargo, sus madres en un trabajo por la reivindicación, han logrado el reconocimiento de sus hijos como lo que eran, subversivos (hermosa palabra en desuso). Chicos que querían hacer un cambio en el orden político de la época.

Entonces recordando muertos, busque en archivos viejos un correo que alguna vez me había llegado apropósito de la muerte del dictador Augusto Pinochet, que dicho sea de paso, tampoco es un muerto corriente.
El correo compartía un escrito de Mario Benedetti, titulado: A la muerte de un canalla. Va aquí un fragmento del poema.

“se acabó el monstruo prócer, 
se acabó para siempre, 
vamos a festejarlo, 
a no ponernos tibios, 
a no creer que este es un muerto cualquiera, 
vamos a festejarlo, 
a no volvernos flojos, 
a no olvidar que este es un muerto de mierda”  

Aludiendo al refrán popular, si hay muerto malo.

2 comentarios:

Michael J. Ramos Ll. dijo...

POR NUESTROS MUERTOS NI UN MINUTO DE SILENCIO, TODA UNA VIDA DE LUCHA Y DE COMBATE!!!

Joice dijo...

AMEN