viernes, marzo 12, 2010

Danzar

Moverse de un lado a otro

Desde niña siempre me gusto danzar, mi madre me había inscrito en una academia artística cuyo nombre era Monachos, esos años son los mejores recuerdos que tengo de la pubertad, etapa difícil y de transito, en la cual toda mi libido gracias a la danza, lograba canalizarse felizmente en las tablas. Luego, la economía familiar fraccionó y mi historia en Monachos terminó. Llegada la adolescencia mi cruel profesor de danza del sacro colegio, me descalificó y tristemente pase todos esos años hasta graduarme, en el coro. Si no hubiese sido por el querido Mincho, nuestro maestro, el paso por el coro seria un mal recuerdo, porque dicho sea de paso, en el colegio donde estaba era una obligación poner tu talento a su servicio, así que una distancia enorme se abría entre nuestras aficiones y nuestras obligaciones.

Cuando creces en algunas pocas cosas puedes decidir, así que volví a la danza, aunque nunca he estado separada de ella, es bueno volver a un salón lleno de espejos y sus trusas llenas de colores. La libertad y la espontaneidad no son aspectos de mi vida muy cultivados, así que tenía que buscar un punto intermedio entre la rigidez del tango y la soltura de la danza contemporánea, el punto lo encontré en la danza afro… cada clase ha traído consigo un momento de Felicidad (con mayúscula).

En la última clase descubrí lo siguiente: “cada paso trae consigo su propia energía, si se concentran en el paso que viene y no en el que están en el momento, retienen la energía del paso anterior, hay que ser libres en el movimiento en el que están ahora, el otro vendrá después”, ya lo dice el famoso adagio “cada día trae consigo su propio afán”.
Vamos, ¡a danzar!

2 comentarios:

Simio Pensante dijo...

Ultimamente te sigo por el buzz. “cada paso trae consigo su propia energía, si se concentran en el paso que viene y no en el que están en el momento, retienen la energía del paso anterior, hay que ser libres en el movimiento en el que están ahora, el otro vendrá después”

Genial!

Joice dijo...

jejej, seguro! ando feliz con mis clases de danza, la sonrisa no se me quita en todo el día, parezco la plumita de Forrest