viernes, marzo 12, 2010

Mentiras

Si aquel a quien mientes, sabe que mientes, no es una mentira verdadera.


"Ese día comprendí la diferencia entre una mentira que merecía la pena (…) y una que no merecía la pena. (…). Una mentira que había que retirar y sustituir por una verdad era una mentira inútil que no merecía la pena, pero una mentira que no había que retirar, que con el tiempo podría quizá sustituirse por otra, pero jamás -¡jamás!- por la verdad, era una mentira que merecía la pena"
L. Ullmann,  1999. Antes de que te duermas. Mondadori: Barcelona. Pág.46

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