Hace poco una amiga me preguntaba ¿por qué la gente ya no quiere ponerse de novia? Ahora que lo pienso no lo se, si cada vez más nos alientan para ello.
Leí en un diario nacional argentino, que habían diseñado un vestido de novia inteligente. Por fortuna la novia no tiene que serlo, con que lo sea su vestido basta. Las ex novias, pero no las que han dicho no, sino las que han dicho sí y ahora han pasado a ser esposas, tienen cada una versiones diferentes del momento del sí. Parece que hay un miedo colectivo en las novias en este instante del matrimonio, ya sea porque no están tan seguras de su felicidad, ya sea porque lo están y la seguridad de ello las asombra o finalmente porque temen el sí o el no del novio. Pero esto ya no será un problema, como lo han dejado de ser otras cosas, por ejemplo: la angustiante virginidad.
Laura Morata es la creadora del vestido de novia “perfecto”, y sí que lo es, echando mano de la aromaterapia, la diseñadora, incorporo al vestido fregancias que provocan los siguientes efectos: analgesia, hipnosis, relajación muscular, disminución de la tensión, la ansiedad y el temor, estimulación de la alegría, la euforia y el optimismo. No más preocupaciones para las novias, del sí se hacen cargo sus vestidos.
¿Por qué no me pongo de novia? Porque las novias se casan.
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1 comentario:
Claro!
Ahora ese vestido de novia tiene poca utilidad porque solamente se utilizaría un día de la vida, me parecería buenisimo un vestido de diario con repelente de mosquitos,que nos relaje, nos quite el estrés de la cotidianidad, nos ayude a concentrarnos... yo qué se. Otra razón para no ponerse de novia
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